Los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés) se están utilizando para registrar el estado de vacunación y cumplimiento de COVID-19 de los ciudadanos estadounidenses, donde permanecen disponibles para el uso por parte de agencias gubernamentales y aseguradoras, reveló el Dr. Robert Malone la semana pasada.
El propósito de los códigos ICD, que fueron iniciados y son administrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es poner a disposición de las autoridades y los programas de seguros el estado de salud de las personas.
Por ejemplo, un médico puede ingresar a un paciente como “4B4Z”, un código ICD que significa que el paciente tiene una enfermedad autoinmune no especificada. Alguien que tiene un ataque al corazón se registraría como BA41.Z para infarto agudo de miocardio. Un paciente que sufre un ictus isquémico cerebral sería etiquetado con el código CIE-11 8B11.5Z.
Desde que se aprobó la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio - es decir, “Obamacare”- en 2012, estos códigos están integrados con registros de salud digitales en todo Estados Unidos.
Así es como los CDC, la FDA y la OMS pueden publicar estadísticas y lo que dicen ser investigaciones, porque las agencias recopilan los códigos ICD de hospitales y clínicas de todo el país. También están destinados a ser utilizados, según la OMS, para “sistemas de pago” sanitarios.
El año pasado, los CDC actualizaron los códigos para que ahora incluyan códigos para aquellos que no están vacunados contra COVID-19. Alguien que no haya sido inyectado con las vacunas COVID-19, por ejemplo, recibirá el código Z28.310. Alguien que haya sido parcialmente vacunado será etiquetado como Z28.311.
Otros códigos de inmunización implementados por los CDC el año pasado le dicen a las autoridades si un individuo no cumplió y por qué. El código CIE Z28.2-, por ejemplo, indica una “inmunización no realizada debido a la decisión del paciente por otra razón no especificada”, y Z28.1 indica una “inmunización no realizada debido a la decisión del paciente por razones de creencia o presión del grupo”.
Otro código más indica un “encuentro para asesoramiento sobre la seguridad de la inmunización”, como si la persona se sometiera a “asesoramiento” por negarse a vacunarse. Este es un código facturable, por lo que se puede pagar a los médicos y hospitales por estas sesiones de “asesoramiento”, las cuales el Dr. Malone compara con “reeducación”.
Estos códigos, agrega el Dr. Malone, también pueden ser accedidos por compañías de seguros privadas y utilizados para pasaportes de vacunación.
Una vez que el estado de vacunación de una persona es codificada y enviada en una gran base de datos, tanto el gobierno como las aseguradoras de salud privadas pueden acceder a él. Los funcionarios estatales administrativos de los CDC no han hecho que el estado de inmunización sea una enfermedad de notificación obligatoria (todavía), pero el estado de inmunización figura como una de las razones para la notificación obligatoria. Están a solo un paso de poder recopilar esta información sin su permiso. Ergo: pasaportes de vacunas simplificados.
Y aunque la Ley de privacidad de 1974 dicta que el estado de vacunación de una persona no debe ser compartido, esa ley se incumplió abiertamente cuando las escuelas, los empleadores, los lugares de negocios y el gobierno exigieron prueba del estado de vacunación.
